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domingo, 6 de febrero de 2011

Eudemonismo.



Aristóteles es quien incluye una nueva área de conocimiento; la ética, que es una reflexión de la acción humana en busca de la libertad. Y para ello tenemos que desarrollar las virtudes, es decir, los hábitos que nos dan fuerza, frente a la debilidad, que es el vicio. Además, las virtudes están en el justo término medio, entre el exceso y el defecto. Y ese justo medio ha de verse en la práctica, mediante la visualización de modelos.
La reflexión sobre la acción y la virtud no es solo teórica, sino que busca modelos en la vida práctica.
Aristóteles también afirma que la humanidad ha de buscar un objetivo o finalidad, que es la felicidad.
Después del resumen se nos plantean varios interrogantes: Si es cierto que los modelos son personas reales, ¿qué modelos nos da la sociedad? Y ¿quién me sirve a mí de modelo?
Para empezar, un modelo se fundamenta en uno o varios valores. Hoy en día los valores que priman son, en gran parte, de carácter superficial, como la belleza. También priman otros valores como la fama, el dinero (este está casi siempre), la imagen,… La sociedad nos transmite estos valores a través de modelos de personas que monopolizan los medios de comunicación, en la publicidad,… y los tomamos como punto de referencia respecto a ese valor del que son estandarte.
A mí me sirven de modelo, como a casi todo el mundo, la gente que sale en televisión, que hace publicidad, o que son famosos gracias a su profesión. Pongamos un ejemplo: Roger Federer; representa en el mundo del tenis (y del deporte) un icono o modelo de elegancia, clase,… Entonces una determinada marca lo contrata para su campaña publicitaria para que, al comprar ese producto, se crea uno elegante o cualquier otra cosa (porque el que contrata al famoso parte de la idea de que éste sirve de icono a la sociedad). La prueba de que éste es un icono o modelo de un determinado valor es que esa publicidad funciona.
Juan Valero Martínez.

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