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viernes, 31 de diciembre de 2010

El Hombre Bicentenario.


La película trata de un robot que está programado para obedecer a su dueño, pero este robot tiene la capacidad de ir más allá a consecuencia de un fallo. El robot se va desarrollando como humano, desde la parte más biológica a la parte sentimental y psicológica; sufre el proceso de humanización.


Como hemos dicho antes, este no es un robot cualquiera sino que es un robot único; no solo obedece, sino que se plantea cosas y quiere aprender (cualidades humanas). Esta cualidad se debe a un fallo, por ausencia de perfección en el mecanismo de este robot. Y precisamente es la existencia de fallos y la ausencia de perfección dos de las cosas fundamentales que nos diferencian de las máquinas o robots. Porque si decimos que alguien es perfecto (y entendemos que la perfección es algo determinado) quizás estaríamos hablando de un determinismo enmascarado. Pero es que si hablamos de un robot con este tipo de fallos, estamos entendiendo que ese robot deja de ser predecible, (aunque no está claro que el hecho de ser predecible escape a la condición humana; es más, la mayoría de los humanos son predecibles y no por ello dejan de ser humanos; sino que dejan de ser libres.)
Decimos que los humanos somos únicos, pero un robot único, ¿no sería una paradoja? ¿Robot humanizado? ¿o humano robotizado? ¿Dónde está la frontera? ¿En el origen? Tampoco parece porque ¿no decimos también que los humanos se humanizan, no exclusivamente por el hecho de provenir de unos padres humanos, sino gracias a vivir en sociedad?
Al cabo del tiempo su amo le concede la “libertad” y decide construirse su propia casa. Es entonces cuando conoce a un hombre que mezcla biología con robótica, y le da un aspecto físico humano. Además, el robot tiene la capacidad humana de enamorarse y sentir sensaciones humanas. El mayor deseo del robot es alcanzar la cualidad de humano, para lo cual decide incluso hacerse una transfusión de sangre, que supone una “fecha de caducidad” no fijada (cualidad que no hay en los robots).
Al final el robot muere, algo imposible para un robot. Entonces, ¿la cualidad de morir es lo que nos hace humanos? ¿O es el hecho de morir sin necesidad de que se nos imponga esta condición?
Hay muchos interrogantes a la frontera humano-robótica. Hay quien se limita a decir que nosotros somos humanos y ellos robots. ¿Pero no es más humano el robot que se enamora que el humano que (por ejemplo) sigue a un partido totalitario, siendo un simple engranaje de esa máquina? Yo pienso que el humano no nace, sino que se hace. Y este “hacerse humano” se fundamenta en la presencia de fallos (sin suponer esto una excusa para todo; “me equivoco porque soy humano”), en la libertad y en el no determinismo.

Juan Valero Martínez.

Imagen del Ser Humano.


¿Seres humanos? ¿Unidades o unidad?


Esta foto nos muestra un desfile de tropas, en Corea del Norte.
Esta foto nos lleva a plantearnos la libertad de cada individuo, de si esa supuesta libertad es real, o hacen como que eligen estar en esa situación por miedo (en este caso al régimen Norcoreano). Pero si”eliges” estar ahí, estás haciendo uso de tu libertad, aunque esa elección suponga una forma de determinismo; porque elegir determinismo también es libertad ¿o tal vez no?
Sin embargo hay un problema de fondo; elegir algo de lo que no se tiene plena conciencia. Por ejemplo, podemos elegir estar en una organización sin saber que eso te quita libertad, individualismo,… Si aún sabiendo esto, eliges lo que “no te conviene”, eres un imbécil (como diría Savater) y, por desgracia, ser imbécil se contagia fácilmente.
Hay más interrogantes sobre la libertad, ¿Son el medio y las circunstancias que me rodean algo que me determina, un esquema fijado del que no podemos salir? Y si ese esquema me gusta, ¿supondría eso que acepto mi supuesto determinismo? Además, salirse del esquema por definición también supone una forma de determinismo; “Hacer lo contrario de lo que marca “el esquema” ”, supondría un determinismo encubierto; es el esquema opuesto, pero no deja de ser un esquema.
Por lo tanto debemos encontrar el equilibrio (siempre el equilibrio), en nuestras decisiones y nuestros actos. Elegir conforme a unas pautas sociales de las que no debemos salirnos (no matar, no robar, …) y, partiendo de esas pautas que consisten básicamente en no perjudicar a nadie, elegir y actuar.
Juan Valero Martínez.

Autor: Platón.


Teoría Antropológica

Platón afirma que el hombre es un alma espiritual encerrada en un cuerpo material. Además, dice que el alma tiene como destino la sabiduría y el cuerpo es un obstáculo que le impide dedicarse a su destino.
Para platón el alma tiene tres partes o hay tres almas; la irascible, la concupiscible y la racional. Esta última es para Platón el auténtico hombre, mientras que las otras dos son propias del cuerpo y desaparecen cuando éste muere.
La unión cuerpo-alma se produce de manera accidental, ya que son dos realidades de naturaleza distinta. Platón también parece defender la transmigración de las almas, que pasan de un cuerpo a otro tras la muerte del sujeto.
El alma es inmortal porque va a seguir existiendo cuando el cuerpo del hombre haya muerto y porque ha vivido en el mundo de las ideas antes de unirse al cuerpo. Uno de los argumentos que da Platón para defender la inmortalidad del alma es su simplicidad. Sólo se pueden disolver (y la muerte es una disolución) aquellas cosas que por naturaleza son compuestas. Lo simple (y el alma lo es al ser espiritual) no se puede disgregar y se encuentra siempre en el mismo estado.

Teoría Ética (la acción).

Platón defiende que el hombre se purifica mientras vive, en caso contrario se verá obligado a sucesivas encarnaciones hasta alcanzar la purificación.
Para alcanzar esta purificación, las almas irascible y concupiscible han de someterse a la racional y dirigirse por ella. Que prevalezca lo racional a lo pasional e instintivo. Entonces el alma racional ha de dedicarse al conocimiento, que se desarrolla mediante la educación; sólo así se alcanza la salud del alma, ya que sólo conociendo el Bien se obrará correctamente. Para todo esto también es necesaria la virtud, que es necesaria para la sabiduría.
Para Platón, la idea del Bien es la idea suprema, la cúspide del mundo de las ideas y es la causa de todas las demás ideas y realidades de este mundo.
Sólo cuando el hombre llega a la captación de la idea misma del Bien, sólo entonces conoce de verdad qué es lo bueno, y si domina sus apetitos, puede obrar bien y convertirse en virtuoso.
Juan Valero Martínez.

Humanos Extraordinarios.

El ser humano es CAPAZ de todo lo bueno,hagámoslo.

Juan Valero Martínez.

jueves, 30 de diciembre de 2010

El Ser humano y la tecnología.

Decimos que el ser humano es técnico por naturaleza; cualidad gracias a la cual facilita y/o mejora su vida. El ser humano se distancia mucho en este aspecto respecto a los animales (que se limitan a vivir, únicamente), y no sólo vive sino que quiere vivir mejor.
El Ser humano puede hacer gran cantidad de cosas para alcanzar su bienestar pero, ¿todo lo que se puede, se debe hacer?
Yo opino que podemos utilizar la tecnología en tanto que no perjudique, ya sea a otros humanos, a otros animales o al planeta tierra. Pero, ¿y si lo beneficioso pesa más que lo perjudicial? Por ejemplo: Probar los avances científico-biológicos en animales de laboratorio para que muchos seres humanos se beneficien de esos avances. Está claro que es perjudicial para los animales de laboratorio, pero muy beneficioso para la sociedad. Aquí entra en juego el valor de la vida (ya sea animal, humano, planta,…). ¿Acaso tenemos derecho a “jugar” con la vida de animales para mejorar nuestra calidad de vida? Yo opino que no, porque el ser humano comparte con el resto de seres el planeta, del que no somos los amos ni debemos creernos los amos. Además, gran parte de la experimentación con animales está destinada a la elaboración de productos “prescindibles”, podríamos llamarlos caprichos (como cósmeticos), por lo que el sufrimiento animal no está justificado.
Además, el ser humano es un ser fantástico, ya que crea mundos. Uno de ellos es Internet. Pero esta capacidad de creación conlleva una gran responsabilidad, ya que implica riesgos.
Pero aparte de riesgos conlleva muchas ventajas, como comunicarnos con gente a la distancia que sea, compartir información (cuidado con la información que se comparte) y hasta intentar evitar conflictos bélicos; como es el caso de la iniciativa de unos actores de Hollywood que han creado una organización para comprar imágenes de satélite de todo lo que pase en la frontera sur de Sudán para evitar nuevas masacres (el lugar con más probabilidad de genocidio en 2011).
Pero toda ventaja conlleva una responsabilidad, y casi toda responsabilidad implica el riesgo a algo. En este caso se trata de ahorrar muertes humanas (fenomenal opción) pero, ¿no se está privando de intimidad a esa población?
Yo creo que el fundamento imprescindible para no tener que ser vigilados y, por tanto, saber que esa persona obrará bien (o simplemente no obrará mal) es la buena educación; que nos gusten o repugnen ciertas cosas digamos “por defecto”. Hay gente que piensa (y no los culpo) que el hecho de partir de unas premisas comunes de lo bueno y malo (adquiridas en la infancia) es un modo de determinismo. Yo prefiero llamarlo autocontrol adquirido. Pero no todos tenemos la suerte de tener unos padres que nos transmitan esas premisas, y adquirirlas en la madurez resulta, a veces, imposible.
Juan Valero Martínez.